domingo, 13 de septiembre de 2020

¿QUÉ ES LA LEJÍA Y DE DÓNDE VIENE?

       Uno de los productos estrella en la era Covid es la lejía pero, ¿sabemos realmente qué es y de dónde procede?

      La lejía es casi un producto del mar. Su componente activo es el hipoclorito sódico, resultado de la transformación del calcio de la sal del agua marina por electrólisis. Ese hipoclorito sódico, disuelto en agua, es lejía. Javier Manta explica su fabricación. “Es una mezcla sencilla de hipoclorito sódico, agua y un estabilizante para que la mezcla sea homogénea. El hipoclorito pesa más que el agua y el estabilizante es la manera de mantener el porcentaje entre cloro y agua igual en todas las botellas”, asegura. La lejía no es difícil de producir y aún hay numerosos centros de fabricación en España. No así el hipoclorito sódico, que apenas se fabrica en cinco plantas.
    La lejía está entre nosotros desde hace algo más de dos siglos. En 1785, el francés Claude Berthollet descubrió y comercializó eau de Javel (agua de Javel). Esa primera lejía se vendía para blanquear tejidos. En 1820, el francés Labarraque se dio cuenta de la capacidad desinfectante del producto y se empezó a comercializar el licor de Labarraque, lejía al fin y al cabo.
    La mayor parte los dos siglos de vida de la lejía han transcurrido en estado líquido. En España, hasta que Sergio Mayenco puso en pie Orache Desinfection SL en 2012. Esta empresa, con sede en Sabiñánigo (Huesca), comenzó fabricando pastillas sustitutivas de lejía. “No se pueden llamar técnicamente de lejía porque no son un producto líquido”, explica.
    Empezó produciendo esas pastillas desinfectantes y, con el tiempo y mucha I+D, en 2013 registró en el Ministerio de Sanidad sus primeras pastillas viricidas, capaces de acabar con los virus. “Son, entonces y ahora, las únicas registradas en España como tales”. De hecho, son algo más que lejía. La crisis del ébola de 2014 multiplicó su facturación. Pero después la producción bajó a cero. Hasta que a principios de este año, alertado de la gravedad de la situación por una hermana que vive en Singapur, Mayenco se aprovisionó de lo necesario para producir sus pastillas viricidas.
    Mayenco distingue entre productos higienizantes, desinfectantes y, en la cumbre de la pirámide, viricidas. Al principio de la crisis, el Ministerio de Sanidad sacó un listado con viricidas autorizados para uso ambiental, industria alimentaria e higiene humana. El listado, de 45 páginas, incluye solo cinco productos en formato pastillas. Todos ellos de Orache o de su marca comercial Cleanpill. “Sanidad tiró de los productos registrados y, en este formato, solo nosotros lo habíamos hecho”. El resto es una historia de vértigo. Los 18 trabajadores se han llegado a convertir en 40 en el momento de más ocupación, cuando ha producido 4,5 millones de pastillas al día.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Creative Commons