El premio Nobel de química recompensó este miércoles a dos estadounidenses y un británico que se inspiraron en los principios de la evolución y de la selección natural para modificar las propiedades de las enzimas con fines terapéuticos e industriales.
Los científicos han empleado el poder de la evolución para producir nuevas proteínas con un gran abanico de usos, que va desde los detergentes amigables con el medio ambiente a los biocombustibles y fármacos contra el cáncer.
Entre los frutos de su trabajo está el medicamento con prescripción más vendido del mundo, la inyección de anticuerpos Humira de AbbVie, que trata la artritis reumatoide y otras enfermedades autoinmunes.
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